Hace unos meses escribà sobre Dropbox, una herramienta esencial para organizar tu vida. Esencialmente, Dropbox es tu disco duro en la internet.
Uno de los beneficios secundarios de Dropbox es que puedes compartir carpetas con otras personas para intercambiar archivos de una manera transparente.
El problema es que si compartes carpetas de Dropbox con varias personas, esto rápidamente puede salirse de control.
Stu Maschwitz hace una comparación entre compartir carpetas de Dropbox y tener compañeros de piso: cuando tienes un sólo compañero, es fácil saber quién dejó la vajilla sucia. Pero cuando agregas a un tercero, la manutención del hogar y la búsqueda de culpables, se complican.
Asà que Stu escribe tres reglas para la felicidad con Dropbox:
- Ponle un nombre no-estúpido a la carpeta compartida. No le pongas el nombre de la persona con la que quieres compartir, ponle también el tuyo, para que la otra persona sepa de dónde vienen los archivos. Tipo: José y Pedro, Ana y Juan, etc.
- Mantén cierto orden dentro de cada carpeta. Crea subcarpetas adentro, ponle una fecha como nombre, o los nombres de los proyectos.
- Lava la vajilla. Borra los archivos innecesarios luego de usarlos. A pesar de que Dropbox es un disco en la nube, ocupa espacio en tu disco duro y en el de otros.
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